Cuando comienzo por aquello que creo que es simple, no me convence.
Si al principio, pero luego me rechina, crea en mi una sensación de extrañeza, y ahí comienzo a poblar ese mundo simple, en otra cosa. En algo que me identifique, que sea el camino que transito, que se cruce, que se mezcle, que se raye y se deslice. Que construya senderos y futuro. Que la luz, el fuego abran caminos por los cuales transitar. Y que en ellos se lleven lo mejor de lo que soy y transforme o lo intente, lo peor de lo que soy.
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