jueves, 10 de diciembre de 2020

 El metrófono suena, así comienza el ritmo.

Así comenzamos el compás de la vida, caminando, solo, acompañado, solo, en grupo, solo.
Ya no es el comienzo, estamos en la vía, en momentos que queremos y a veces que no queremos.
Así es, así será y así fué.
¿Qué nos hace avanzar? ¿qué nos hace quedarnos quietos? ¿qué no hace avanzar sin hacerlo? ¿qué nos hace retroceder?
Añorar es fácil. La añoranza de haber vivido con dolor también es fácil.
Lo difícil es sacarlo de la cabeza, del corazón, de las entrañas. Para poder crecer.
Lo único que nos ayuda es la voluntad. El querer ser más y mejor de lo que fuimos. En salir del pozo que estábamos, en seguir el sendero fuera y lejos del pozo.
Quedarnos con la vivencia de lo vivido como parte de nuestra vida. Pero no como lastre de ella.
¿Jurar nunca más?
Es un propósito. A veces se logra y otras no.
Pero persistir en la voluntad de que no más.



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